En cierta ocasión estaba entregando las calificaciones al finalizar un curso a un grupo de licenciatura en la Universidad, una de mis alumnas (maestra de primaria) me dijo que no estaba de acuerdo con su calificación de 9 y reclamaba un 10, le expliqué los criterios de evaluación planteados al inicio del semestre y de sus "fallas" en algunas actividades tanto previas como de desarrollo.
La maestra-alumna empezó a llorar en el aula, era tanta su preocupación que le dije que se quedara al final de la sesión para platicar del asunto, cuando ya todos los alumnos abandonaron el salón la llamé y le pregunté el porqué de su preocupación a lo que ella contestó:
-Profe es que si yo saqué un 9, no voy a tener autoridad moral para exigirle a mis hijas que saquen un 10 en la escuela!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario