Recuerdo que recién iniciábamos la primera clase en el primer año de la escuela secundaria en una ciudad fronteriza, por tal motivo se encontraba el director de la institución con nosotros dando la bienvenida al grupo, empezó hablando de lo importante que era estudiar la secundaria, de las exigencias del mercado laboral en cuanto a grado de estudios para acceder a un trabajo, etc.. etc.. Posteriormente empezó a preguntar a cada estudiante que cuál era la razón que los había llevado a estudiar la secundaria -debo decir que la mayoría del grupo eran niños egresados de las escuelas del pueblo y hasta de un colegio particular- la mayoría se quedaban callados, sólo uno que otro contestaba cualquier ocurrencia, que su papá lo mandó, que no tenía otra opción, etc... Recuerdo que ahí estaba yo, un niño que provenía del medio rural y que había cursado la primaria en una escuela unitaria, cuando el director se dirige a mi y me hace la misma pregunta le contesto con determinación: "Para ser alguien en la vida", (algo que mi padre siempre me enseño) recuerdo que el director lo tomó como ejemplo, se dirigió al grupo y dijo con voz fuerte: -¿Escucharon todos? ¡Para ser alguien en la vida! Y siguió diciendo: - ¡¡Ojalá les sirva de lección lo que hoy acaba de decir éste jovencito!! ...Y vaya que si fue una gran lección, pues muy pocos esperan que un niño de una comunidad rural conteste con esa determinación.
Hace unos días platicaba con mi cuñada que vive en el Barretal y me comentaba que hace poco llegó su nieto corriendo del Kinder y gritando: ¡¡Abuelita, abuelita, nos dijo la maestra que ya no vamos a ir al kínder y que es por un coronavirus que anda suelto y que es muy peligroso!! Continuó diciendo el niño: También nos dijo la maestra que debemos quedarnos encerrados en casa, ¿Verdad abuelita que si nos quedamos encerrados en casa es para que si pasa el coronavirus por la calle no nos vea?
