En los pasados festejos en conmemoración del natalicio de Juárez en una escuela de nivel medio superior, me platicó una amiga que al cierre del evento el director tomó el micrófono para hablar sobre Juárez y su honestidad, señaló que era un gran admirador de Benito Juárez y para eso refirió una anécdota que dijo había escuchado sobre el prócer: -Un día estaba Benito Juárez en una cena de gala, lo acompañarían su hija y su yerno, pero como se les había hecho tarde, se dirigían en su auto a gran velocidad al evento y con las prisas se pasaron un semáforo, al instante los detuvo un agente de tránsito y los infraccionó. Ellos le platicaron el motivo de la prisa y su relación con Juárez y el agente repentinamente rompe la boleta de infracción y les pide que vayan a su compromiso. Al llegar tarde al evento cuentan a Juárez el incidente a lo que Benito muy indignado pide el nombre del agente de tránsito para despedirlo al día siguiente y a ellos les pide retirarse de la cena pues son indignos de estar ahí -Así de honesto era Benito Juárez, señala el director al final de su anécdota.
Termina su participación el director y los estudiantes se dirigen al aula y aún asombrados le preguntan a la maestra: ¿Oiga maestra, ya había semáforos, automóviles y agentes de tránsito en los tiempos de Juárez?
